Todo está bien.... hasta que deja de estarlo
A principios de 2015 gozaba de muy buena salud, o eso creía.
Un control médico rutinario detectó un indicador fuera de los límites "normales". Tras una serie de estudios complementarios mi amigo onco-urólogo me dijo --- Tenés cáncer Peter.
¿Qué? ¿Quién, yo? pensé. Lo que tenía era sólo una amenaza de muerte, no una sentencia, pero me decía lo que todos sabemos desde el día que nacemos y es que algún día nos vamos a morir.
¿Cómo puede ser? ¿Y si están equivocados los estudios? Pero si yo me siento lo más bien. Además hago una vida sana, como comida sana, hago ejercicio....
Me costó aceptar lo que me decía mi amigo médico. Una parte de mi le creía, pero otra tenía mil y una dudas. Entonces me di cuenta de una de las leyes de la vida: Todo está bien hasta que deja de estarlo. Sin síntomas de ningún tipo acepté que me tenía que operar. Un paso clave para evitar su propagación aunque con consecuencias duras en otras dimensiones de mi vida sobre las que no quiero escribir ahora.
El lado bueno fue que me impulsó a decidirme a hacer varios viajes muy lindos con mi esposa y a hacer el Camino Francés en mayo 2017.
En 2018, cuando ya creía que mi cuerpo estaba totalmente recuperado, un nuevo control preventivo indicaba que tenía metástasis en un hueso, un puntito muy pequeño de actividad celular mayor de lo "normal" en hueso ilíaco derecho. Con una mezcla de enojo y tristeza otra vez topé con: "Todo está bien,,,, hasta que deja de estarlo".
Enseguida inicié un tratamiento que hizo desaparecer la imagen del tumor. Seguimos viajando con mi esposa y en octubre 2019 me lancé a hacer el Camino Portugués desde Porto hasta Santiago de Compostela. Suspendí el tratamiento por indicación médica y a principios de 2021 el puntito hiperactivo volvió a a asomar. Nunca un síntoma, sólo información de estudios clínicos. Y claro "Todo está bien hasta que ...".
Esta mayor conciencia de mi finitud me impulsa hacia adelante, el año pasado escribí mi novela "Mi Camino a Santiago de Compostela", y en 83 días espero volar a Madrid para iniciar mi tercer Camino: El Primitivo.
En algún momento, como a todos, se me va a acabar el hilo del carretel, Mientras tanto quiero aprovechar el tiempo, ocupándome de las cosas grandes y pequeñas de la vida y preparándome para mi próximo peregrinaje.
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