¡Ahora doce!

Estas son mis botas y pantorrillas frente a uno de los símbolos, en este caso inserto en el pavimento, que orientan al peregrino hacia el Camino a Santiago de Compostela. Fue cuando todavía estaba en territorio de Navarra, de ahí la inscripción en vasco en su lado izquierdo. Representa una concha de vieira esquematizada, símbolo del Camino.

Ayer caminé doce kilómetros con mochila, un 20% más que la marca de la semana pasada, y un avance hacía lo que tengo que lograr cuando transite el Camino Primitivo. Para ponerlo en perspectiva, la guía gronze,com divide el recorrido en trece etapas con extensiones diarias de entre 16 y 29 kilómetros, por un total de 310 kilómetros.

Claro que el entrenamiento es diferente que caminar el Camino. En el entrenamiento estoy recorriendo lugares conocidos, viendo a mis vecinos conocidos del barrio y concentrándome en cuántos kilómetros recorro y a qué ritmo. En el Camino estaré caminando por paisajes desconocidos, compartiendo la experiencia con personas desconocidas de todo el mundo y estando pendiente de llegar al próximo pueblo o paraje para tomarme una caña, comer un bocadillo de jamón serrano o descansar en un albergue.

Las emociones son mi combustible indispensable, tanto la anticipación que siento ahora en el entrenamiento como el entusiasmo que seguramente sentiré de cuando esté realmente recorriendo el Camino.


 

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