Ampliando la conciencia
Hoy me doy cuenta que aquel ejercicio estaba restringido a mi estado de consciencia de aquel entonces.
A raíz de la recurrencia de síntomas de mi cáncer decidí no sólo cambiar de tratamiento dentro del campo de la medicina ortodoxa sino también explorar otros enfoques y empecé a incursionar en un proceso de Decodificación Bioemocional.
Por lo que entiendo esta mirada se enfoca en la incidencia de las emociones reprimidas y no dichas en nuestra salud. Esta corriente entiende que en la etapa de la niñez muchos de nosotros nos hemos sentido forzados a dejar de manifestarnos con plenitud para conformar con las expectativas de los adultos que tuvieron a su cargo nuestra crianza y cuidado. Estos patrones instalados nos acompañan en la adultez y hacen que no reconozcamos y digamos con claridad lo que sentimos y pensamos.
Cada persona sobrellevó este proceso de culturización de la manera que pudo y en el camino nos quedamos sin expresar el impacto emocional que algunos eventos o circunstancias que vivimos tuvieron para nosotros. Sin embargo lo que sentimos y no expresamos en ese momento de nuestra infancia queda instalando en nuestra memoria celular y al seguir comportándonos según lo esperado de nosotros en lugar de manifestarnos auténticamente nos enfermamos.
En mi primer encuentro con un facilitador de Decodificación Bioemocional la semana pasada me sorprendí al descubrir que inconscientemente tenía guardado sentimientos y emociones muy intensos de mi infancia que creía haber superado con terapia. Este es sólo un primer paso en mi proceso de ampliar mi consciencia y entender cómo he estado siendo responsable, sin saberlo, de mi enfermedad. Espero de esta manera liberarme de la recurrencia de síntomas que he experimentado durante los últimos siete años.
Estoy empezando este nuevo camino para mi salud en paralelo con mi preparación para el Camino Primitivo que emprenderé en octubre de este año.
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