Fuerza y resistencia
Sigo preparándome físicamente para el Camino Primitivo. Hoy por la mañana completé una caminata de diez kilómetros en una hora cincuenta y cinco minutos con un consumo de ochocientas kilocalorías y lo bueno es que siendo las cuatro de la tarde, no me duele nada....
Para recorrer a pie el Camino a Santiago en cualquiera de sus variantes se necesita fuerza en las piernas y resistencia cardiorespiratoria. La fuerza en los cuádriceps (comúnmente llamados muslos aunque mi instructor de pilates Damián dice que los muslos son de los pollos) es clave para no dañar la articulación de las rodillas como me pasó en Chapada de Diamantina hace seis años. Estos músculos juegan un papel importantísimo en las trepadas y en los descensos.
Los diez kilómetros que caminé hoy fueron por llano, sin subidas ni bajadas, así que básicamente aportaron a mi capacidad de sostener una marcha continua durante un cierto tiempo pero tuvieron escaso aporte a la fuerza de los cuádriceps. Por eso estoy complementando mis caminatas con bicicleta una o dos veces por semana y con Pilates dos veces a la semana. La bici consume menos calorías que la caminata pero ayuda bastante a la resistencia cardiorespiratoria.
A menos que uno viva en una zona de serranías, andar en bici, subir y bajar escaleras (en lo posible con una mochila cargada de seis a ocho kilogramos de peso) o hacer estocadas y sentadillas también aportan al fortalecimiento de los cuadriceps.
Con el ejercicio voy progresivamente teniendo más fuerza y resistencia aunque el proceso es lento. Y si dejo de ejercitarme estoy seguro que perderé lo que gané en muy poco tiempo. Necesito sostener y profundizar mi preparación física si quiero disfrutar de esta nueva aventura de transitar el Camino Primitivo a pie.
En otra entrada comentaré acerca del cuidado de los pies.
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