Ojo con las ampollas y la tendinitis

Las ampollas y la tendinitis en la zona tibial de la pierna pueden ser muy dolorosas. Tuve compañeros en el Camino Francés que sufrieron alguno de estos inconvenientes obligándolos a una marcha mucho más lenta e incluso a dejar de caminar por varios días. 

Para caminar tantos kilómetros por el Camino a Santiago es igualmente importante cuidar los pies como desarrollar la fuerza y resistencia en las piernas. Implica elegir calzado y medias adecuadas, no ajustar en demasía los cordones, mantener cortas las uñas de los dedos de los pies (pero no excesivamente) y usar talco o vaselina para reducir la fricción entre los dedos y contra el talón o la puntera del calzado.

El calzado tiene que ser liviano, cómodo y tener una suela antideslizante adecuada (lo mejor son las zapatillas de trekking aunque también se pueden usar botas). No conviene estrenar calzado el día que se inicia la marcha porque se necesitan unos cien kilómetros de marcha para que pie y calzado se amolden bien entre sí. Tampoco pueden ser demasiado usado ya que aún las buenas suelas pierden su efectividad después de ochocientos a mil kilómetros de uso. Por último, los cordones tienen que ajustarse lo justo para que el pie no baile dentro del calzado pero en demasía porque puede provocar tendinitis tibial. Me pasó cuando me preparaba para el Camino Francés por haberme ajustado demasiado los cordones de mis botas.

Las medias necesitan tener taloneras, plantas y punteras acolchadas, pueden ser deportivas de buena marca o de trekking y al ponérselas asegurarse que no queden arrugas dentro del calzado. En el Camino Portugués cometí el error de usar las mismas medias que había usado con éxito en el Camino Frances. Resulta que con el uso y los sucesivos lavados las punteras quedaron demasiado delgadas y al llegar a Barcelos después de dos días de marcha sentí dolor en las puntas de los dedos que era provocado por unas a pequeñas ampollas. Al día siguiente me compré unas medias de trekking nuevas y se terminó el problema.

Finalmente el talco u otro polvo para los pies ayuda a mantenerlos secos y a reducir la fricción entre los dedos evitando la formación de ampollas. Yo no lo hice, pero sé de peregrinos que se frotan los pies con vaselina líquida para reducir la fricción. Aún con todas estas previsiones puede pasar que se formen ampollas y requieren ser tratadas con cuidado para evitar infecciones.


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