El camino alternativo

 

A veces en el Camino a Santiago, como en la vida, se nos presentan oportunidades para optar entre seguir por el recorrido más transitado o tomar un sendero alternativo. Normalmente no hay tiempo para recorrer ambos de manera que al decidir por uno, el otro será desconocido para siempre.

Aquí estoy en el Camino Portugués el 16 de octubre de 2019. Ese día llovió mucho y me puse el poncho. En un momento opté por un recorrido alternativo que me permitió cruzar este puente de piedra de la época de los romanos. Experimenté una sensación de profundidad histórica que no me habría pasado si hubiese elegido el camino más transitado.

El lunes de esta semana fui a ver a un médico que me habían recomendado para validar si el tratamiento que estaba siguiendo era el más adecuado. Venía teniendo pérdida de peso y masa muscular como consecuencia de haber empezado a tomar una droga desde hacía dos meses y medio y me sentía que era como estar con el freno de mano puesto cuando me ejercitaba para prepararme para hacer el Camino Primitivo en octubre.

El nuevo médico me dijo que podía suspender inmediatamente la medicación y recomendó un tratamiento con rayos. Durante cinco días me sentiré cansado pero podré retomar mi preparación física inmediatamente, con la ventaja adicional de no tener los efectos secundarios adversos que venía sintiendo.

Mi alegría es muy grande. En apenas cinco días de haber suspendido la toma de la medicación ya me siento con más energía y fuerza y estoy revirtiendo la pérdida de peso. La experiencia me llevó a pensar cuántas veces habré evitado el camino desconocido por la comodidad de sendero habitual, perdiéndome de nuevas y valiosas experiencias.

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